Aunque el tabaco afecta a los sensibles pulmones de las personas con asma, ¿podría el cannabis aliviar los ataques? Al menos esa es la conclusión de varios estudios.
Para no equivocarnos, volvamos a las características precisas del asma. Esta enfermedad pulmonar (que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo) afecta a los bronquios: se encogen, lo que hace muy difícil respirar adecuadamente. Se puede desarrollar una tos grasosa, la respiración se vuelve sibilante, la falta de aliento es agotadora.
Ataques de asma que pueden ocurrir en una variedad de situaciones, tales como una reacción alérgica, una mala reacción a la contaminación ambiental o al tabaco, o un esfuerzo físico excesivo. Y mejor no tomar el tema a la ligera, el asma puede ser mortal en algunos casos, y es prácticamente imposible curar la enfermedad: los tratamientos sólo ayudan a controlar mejor los síntomas y a reducir el número de ataques.
Fumar tabaco es perjudicial para los tubos bronquiales ya de por sí sensibles, pero los estudios muestran que el tetrahidrocannabinol contenido en el cannabis puede dilatar las vías respiratorias y reducir la tos.
Este fenómeno se denomina “broncodilatación”, que en realidad debilita los músculos alrededor de los tubos bronquiales, lo contrario del efecto del humo del cigarrillo (que causa broncoconstricción).
Un estudio de 2014 fue aún más lejos al tomar tejido pulmonar de más de 88 personas con asma. Este tejido pulmonar fue estimulado a contraerse voluntariamente, antes de entrar en contacto con el THC.
Un experimento que llevó a la conclusión definitiva de que los efectos broncodilatadores y analgésicos del THC reducían la presión en los pulmones, en definitiva, el cannabis ha demostrado su utilidad en el tratamiento del asma. Una ayuda importante, que se acompaña de un mejor manejo del dolor y del nerviosismo, así como de una reducción de la inflamación bronquial (gracias a ciertas propiedades de los cannabinoides), lo que permite acompañar a los asmáticos de la mejor manera posible.
Hay que señalar, sin embargo, que estos resultados se obtuvieron tras la aplicación de un protocolo muy específico, sobre todo en la elección de las dosis administradas: es decir, un consumo de cannabis bastante diferente de un simple arranque en el petardo. En efecto, la combustión sigue siendo mala para los pulmones, sobre todo para los pulmones frágiles. La vaporización sigue siendo entonces la mejor manera de disfrutar de los efectos beneficiosos de la marihuana, y sólo en pequeñas dosis.
Pao
