¿ Podemos fumar con sus adolescentes ?

2019 es un año formidable. Cuando Donald Trump fanfarronea de poder tirarse a Ivanka si no fuera su hija, la prensa americana está en rebeldía… contra Snoop Dogg, después de una foto en la cual esta fumando un porro con su hijo Corde Calvin Broadus.
El rapero, quien recordémoslo es actualmente uno de los grandes íconos de planeta weed, por supuesto ha echado leña al fuego añadiendo que “aprendía con el maestro”.

La pregunta del día es entonces simple: ¿los fumadores pueden ser buenos padres?
Nunca tuve hijos ni tengo intención de tener. Demasiada responsabilidad. Así, siempre quedé asombrado por los padres fumadores, papás y mamás cools con vidas bien llenas. Durante las entrevistas, dos conceptos volvían sistemáticamente para conciliar el rol de educador et de amor al cannabis.

La distancia de seguridad
Lionel, padre de una joven niña, ha disminuido un poco su consumo. Ya sólo consume con fines recreativos una vez la casa por fin silenciosa. Cuando compartimos un porro sobre su balcón, declara: “Yo no fumo más adentro para evitar llenar de humo al bebé”. Una distancia de seguridad como barrera, un concepto que parece evidente pero que paradójicamente nunca fue respetado por generaciones de fumadores de cigarrillos (mi asma da fe de esto). Un principio de precaución que persigue con su reserva personal: “Guardo mi weed en una caja hermética, para que mi hija no pueda tocarla con sus pequeñas manos”. Luego Lionel me pasa el resto del porro mientras va a ocuparse de su hija que se puso a llorar.

El sentido crítico
El segundo concepto que vuelve sistemáticamente es el sentido crítico. Durante mucho tiempo fui el invitado permanente de Thierry, un amigo de Burdeos, padre de tres niños. La mayor es la única que fuma ocasionalmente, cuando no está redactando su tesis. El más joven es un niñato brillante con quién jugaba regularmente a Smash Bros, y no está demasiado interesado por el cannabis. En cambio, le gustaba MUCHO bromearme sobre mi falta de reflejos cuando había fumado demasiado. Una ausencia de fascinación que viene de un diálogo sin prohibiciones: “A mis hijos siempre les dije todo sobre mi consumo, no sería hacerles un favor mentirles. Una corona, un porro y un capítulo de Star Trek son el paraíso para mí, no tengo ninguna intención de esconderme”.

Un diálogo abierto que permite a los padres ser ellos mismos, sin tampoco car en una relación “Padre-amigo”, una buena forma de mantener los pies en la tierra.

Para volver a Snoop Dogg, es importante precisar que su hijo tiene 18 años, que no encendió su primer porro hasta hace muy poco tiempo  y que tiene prohibido formalmente conducir fumado. Dejo entonces la última palabra a este “padre indigno”:

“Mis hijos hacen lo que quieren. Decirles lo contrario sería absurdo. Una buena cantidad de cabrones no tienen relación con sus hijos, por eso los chavales terminan tomando drogas, tienen pensamientos suicidas y conducen borrachos. A mi hijo y a mí nos gusta estar stone. Soy su padre, le quiero mostrar la buena manera de hacerlo porque me admira.”

 

Mike Teevee

 

 

Ne ratez rien de l’actualité du chanvre et du CBD, inscrivez-vous à la Zeweed Newsletter!

Previous Story

José Mujica, le premier président à avoir légalisé la weed.

Next Story

Marruecos: el primer productor mundial de hachich.