Que bella es Barcelona, cuna de la cultura catalana, con las arquitecturas de Gaudi, sus cervezas baratas, sus discotecas en cada calle, su temperatura estival y sus clubes de cannabis.
En Cataluña, el primer Club nace al principio de los años 90. Los fumadores de marihuana lo deben todo a un fiscal que luchaba contra las sustancias ilícitas en Barcelona, y que tuvo la brillante idea de pronunciar las siguientes palabras: “Es conveniente que se produzca cannabis a través de una agricultura que se pueda controlar y que se consuma en espacios privados. Luego, si se vende en el espacio público, uno se expondrá a sanciones legales“.
Desde entonces, se habla de 250 a 500 clubes cuya mitad está en la ciudad de Barcelona. Como en un club de deporte, se tiene que presentar un documento de identidad válido y una dirección española para tener el derecho de poseer una carta de miembro cuyo costo varía entre 10 y 40 euros.
A partir de ahí, se puede comprar productos que se consumen exclusivamente dentro del club.Fácil, simple, y rápido.
Poco a poco, Barcelona se impone como siendo la nueva Amsterdam, dejando un nuevo turismo cannabico propagarse por la ciudad catalana. Pero cuidado, no confundan los cannabis clubs con los coffeeshops de Amsterdam. Estos últimos son públicos y abiertos a todo el mundo cuando los cannabis clubs sólo abren sus puertas a sus miembros y a nadie más.
Comprador pero también cultivador
Casi todos los clubes piden tasas de inscripción, que van de 20€ a 50€. La idea de cotizas en un cannabis club es astuta. Cuando uno es miembro de un cannabis club en Barcelona, se convierte más que un simpe comprador.
Se integra un grupo de cultivadores que produce y distribuye su propia cosecha. El cannabis cultivado pertenece entonces a todo el mundo.Hay que tener en cuenta dos cosas importantes: la detención y el consumo. Detener cannabis es tolerado y será la policía que medirá esa tolerancia. Con algunos gramos en el bolsillo no hay casi ningún riesgo. Pero cuando las cantidades son importantes, 60 gramos por ejemplo, hay un alto riesgo de interpelación.
Salvo en caso de poseer el graal: la tarjeta de un club, en ese caso la policía no puede ni interpelar ni embargar el producto. Visto que los clubes son organizaciones privadas, no tienen derecho de hacer publicidad. Es entonces a veces difícil de saber precisamente dónde se esconden esos clubs.
Les aconsejamos la página web 100% española prevista a tal fin, Weedmaps el mapa que revela la ubicación de los mejores cannabis club.