La llanura de Bekka es el lugar principal de producción de hash en Líbano, gracias a su luz solar y territorio, un lugar ideal para la cultura de cannabis. Esta producción ilegal produce 200 millones de dólares US por año y es protegida desde hace un siglo por las milicias locales.
Hoy en día, el gobierno quiere legalizar ese negocio floreciente únicamente a fines médicos y hacer lo que aquí se llama “haschich”, el oro verde de la economía libanesa. Pero los locales de Bekka siguen escépticos. La iniciativa del gobernador preocupa a los productores que temen a una baja de sus beneficios.
Cultivar cannabis siempre fue más beneficioso para los campesinos, pero como los campesinos ricos son generalmente gente independiente que no se puede reclutar en el ejército ni sobornar… Los agricultores están ahora obligados de usar medios extremos para proteger sus cosechas, por ejemplo hace unos años, cuando habían rechazado a la policía con lanzacohetes.
Jacob