La venta de cannabis en Suiza.

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En la Confederación helvética, es posible comprar cannabis neutral desde el 2016. El mes pasado, Bélgica e Italia siguieron su ejemplo autorizando la venta de esta hierba light. Nuestro periodista nos explica como la ganja suiza levanto olas en los lagos.

Llegando a Ginebra en TGV, justo después de la aduana, hay que tomar la salida que lleva a una galeria mercantil. La escalera rodante los llevara al pequeño centro comercial de la estación. Un shopping center a la imagen de duty-free de aeropuerto, sin los aviones ni el duty-free. Podremos entonces encontrar oficinas de cambio, perfumes, alcohol, chocolate y muchos relojes. En este mes de abril, ingreso quiera o no quiera en ese nano-centro comercial con la idea de comprar una botella para mi hermano, que me invita unos días a su casa. Me vino a buscar en coche, tengo apenas cinco minutos para encontrar un buen regalo liquido.

Apenas he caminado unos cincuenta metros y cuatro tiendas que, delante de mí, entre un Western Union y un Sepharo, aparece un signo de neón en el que se ve una hoja de marijuana. La tienda con nombre inequívoco y con eslogan invitador (Mary Jane «finest swiss cannabis ») está abierta. Todos los indicadores son positivos, bien verdes, y penetro en la tienda de los sueños. Bajo los neones y mis ojos bien abiertos, desfilan jarras llenas de Lemon Haze, Master Kush, Northern Light, White Widow.
Grinders « I Love Geneva », Bongs decorados de Edelweiss, porros bio pre-liados, plaquetas de chocolate con un embalaje mostrando una gran hoja de Ganja… Ese país está definitivamente lleno de recursos y de secretos bien escondidos. Como un crio que compra cigarrillos por primera vez, me dirijo tímidamente hacia la única empleada.

« -Buenos días… es realmente cannabis ? »
« -Si, es cannabis, legal por supuesto »
« -Si, legal por supuesto» repito como un loro. La linda pelirroja me abre una lata de Lemon Haze que le muestro. Ningún error posible, es efectivamente weed. Las flores son compactas y sin semillas, bien talladas. En cuanto a los olores y aromas, no estamos exactamente ante los estándares de calidad de Amsterdam, pero sigue siendo perfectamente aceptable.
Febril y apurado, compro 25 gramos en total (White Widow 10g, Siver Haze 10g, Kush 5g) . La cuenta es dolorosa: 240CHF o sea 230euros mas o menos. Agradezco la vendedora como un cristiano agradecería a la virgen y acorro, ya sobre una nube, hacia la salida.

¡Compraste Tourtel!
Cinco minutos después de haber llegado al apartamento suizo de mi hermano, cruzo las puertas del paraíso artificial de los imbéciles alegres. Estaba mostrando mi preciosa adquisición cuando escucho a mi hermano retorcerse de la risa. “Bro’, compraste Tourtel, no tiene THC en la weed. Es como paja. ¿Quieres un jugo de zanahoria?” Explicaciones.

En la Conferencia Helvética, cualquier cannabis que contiene más de 1% de THC es considerado como un narcótico. Así que, según la Ley Federal Suiza sobre los narcóticos (RS 812.121), la posesión, el cultivo, la fabricación y el comercio de cannabis están prohibidos y juzgados como infracciones penales, punibles de tres años de cárcel y/o de una multa. Por otro lado, el cultivo y la distribución del cannabis de menos de 1% de THC están autorizados desde el 2011. Aprovechando esta oportunidad jurídica sin explotar, la start-up Bio Can AG obtuvo en 2016 la autorización para comercializar “un sustituto del tabaco con cannabis”, a condición de que el mismo no tenga más de 1% de THC. El éxito fue inmediato y se replicó, al punto de que se cuentan hoy en día 420 sociedades productoras y distribuidoras de cannabis legal en el país.  Un golpe de suerte jurídico que difiere de la actual legislación en Francia, donde la venta de productos con más de 0.2% de THC está prohibida.  Una distancia de 0.8% que lo cambia todo:  producir hierba de menos de 0.2% es demasiado costoso para ser rentable. Recorro con un poco más de atención la etiqueta de uno de los paquetes y me detengo en un recuadro: “CBD 18%, THC 0.5%” .  Es sabido que en Suiza no hay que apresurarse.

El pequeño efecto Kiss Cool
¿Pero cómo lograron los suizos vender tanto heno al precio de la mejor hierba? No tengo más opción en este punto que de volver objetivo el debate probando la materia verde. Mi hermano preparó un vector de combustión con dos papelillos OCB, que fumamos concienzudamente. Efectivamente, no tiene ninguna incidencia psicoactiva. Nada que altere la percepción o el pensamiento en ningún sentido. Más bien, una agradable sensación de relajación, un suave relajamiento muscular. Un poco como luego de una buena caminata, o una sesión de sauna. La razón de este efecto de relajación muscular tan simpático es simple: se debe al hecho de que, si la weed suiza casi no contiene THC, posee en cambio una tasa muy alta de cannabidiol (CBD), un alcaloide con múltiples propiedades que no “coloca”.  La proporción de cannabidiol es ampliamente superior a la de la weed clásica, sea natural o cultivada profesionalmente en invernadero. Se trata de un porcentaje que oscila entre 8 y 35% en Suiza, contra el 0.5 a 12% para la ganja holandesa. El CBD, segundo alcaloide notorio del cannabis luego del THC, tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas, relajantes y antioxidantes comprobadas. Todas propiedades que convienen a una población que no se debe subestimar en Suiza: las personas mayores

La ganja de los seniors
Contrariamente a lo que podríamos pensar, no son los adolescentes ni los cuarentones con ganas de fiesta los que provocaron el boom del cannabis legal, sino a la generación de los nacidos entre 1950 y 1960. Hijos producto del baby-boom que tienen hoy entre 60 y 90 años y que constituyen más de la mitad de los consumidores del cannabis legal. Estos entusiastas de la soft-weed encuentran en el CBD efectos aliviadores para sus patologías, desarrolladas a la par con el número cada vez mayor de velitas en la torta. Esta sustancia les permite disminuir o incluso evitar tomar medicamentos tales como los opiáceos, las benzodiacepinas (tranquilizantes), los somníferos, los antiinflamatorios (esteroideos o no) o los antidepresivos. En Kahna Queen por ejemplo, el 60% de los clientes tiene más de 60 años, gracias al contacto y a los consejos que se dan en los locales (muchos puntos de venta de tabaco venden también cannabis legal). Un cuadro que permite borrar la imagen del stoner loser pegado a su sofá y a sus subsidios. Los vendedores orientan también con frecuencia a los consumidores hacia el consumo de aceites, chocolates, galletas, cremas hidratantes o infusiones de CBD. Estas infusiones tienen mucho éxito, al punto de representar 15% de las ventas de productos hechos a partir de cannabis legal. Una tendencia confirmada por Swiss Weed, que genera solo el 34% de sus ingresos con el CBD fumable. El té de manzanilla quedó en el olvido.

El CBD, ¿caballo de Troya del THC?
En medio de la onda verde, muchos creen que este gran éxito augura la flexibilización de la legislación sobre la weed “psicotrópica” o recreativa, considerando principalmente que el THC también es cada vez más reconocido por sus propiedades medicinales. Ocupar sólidamente la rama del CBD implica también posicionarse en un mercado que está estimado potencialmente en miles de euros en la Confederación. Al día de hoy, Suiza tiene incluso una sobreproducción de cannabis legal, por lo que ha comenzado a exportarlo a Bélgica, Grecia e Italia. Esta deliciosa iniciativa, aparte de haber representado una ganga para un gran número de emprendedores, tiene una ventaja: la de promover los efectos del CBD y desestigmatizar el consumo de la flor de cannabis en un porro. Los estudiosos estiman que este pliegue de la ley a favor del cannabis es la primera etapa hacia una legalización a la holandesa, que debería concretarse en 2022 como mucho. Respecto de las políticas sobre el cannabis sostenidas por la mayoría de los países del viejo continente, Suiza no es precisamente blanda en su neutralidad, sino que funciona como ejemplo; Bélgica e Italia autorizaron el mes pasado la venta del cannabis natural. En cuanto a mí, me volví a Panamá arruinado (en Suiza uno siempre se queda sin un duro) pero contento. Había aprendido una cantidad de cosas y, gracias a la ausencia del THC en mi fin de semana, había logrado retenerlas.

Alexis.

 

 

 

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