El Stoner del mes de marzo: Bill Murray .

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Cada mes, nuestro periodista Alexis les presenta una figura icónica del cannabis. Para el mes de marzo, una leyenda del cine americano: Bill Murray.

Encarnación sublime de lo fuera de lo común, siempre al centro de la acción, Bill Murray impuso en cuarenta años de carrera un sincero perfil de agitado tranquilo. Elevando al rango de arte la noción de “coolitud”. Retrato de un actor quien, desde su arresto por tráfico de hierba hasta la falsa anuncia de su muerte, fue fiel a su lema: “It just doesn’t matter”.

Ganja Buster
Será en el aeropuerto Chicago O’Hare, flanqueado por dos enormes valijas de metal y de cinco kilos de hierba que el divertido Bill Murray conocerá a un primer público. El joven se preparaba a llegar a Denver para iniciar estudios de medicina. Los tiempos siendo un poco más difíciles y la ganja en el aire del tiempo, Bill piensa que sería una buena idea de aliar relajación y reventa de cannabis en el campus de su universidad. Es entonces con sus 10 libras de sinsemilla mejicana que el cómico se presenta a la grabación el 21 de septiembre 1970. Precisamente el día de su cumpleaños 20: ¿Hubiera podido ser diferente? ¿Era su estado un poco débil, las reminiscencias de las volutas consumidas el día anterior o un sentido muy sensible del cómico de situación? En la fila de espera, cuando un viajero le pregunta ingenuamente que es lo que transporta en esas maletas tan pesadas, Murray le responde, cómplice: “dos bombas”.

La payasada, muy de Bill Murray, no causará gracia al curioso que irá avisando a las autoridades aeroportuaria. El bufón, viendo que el chiste se le iba por las ramas, se va rápido de la fila de espera para precipitarse al servicio de almacenamiento de maletas  en un casillero demasiado pequeño. Lo arrestan, las maletas están abiertas, y el gracioso se encuentra entre rejas. “Pero no sin que haya tenido tiempo de tragar un cheque de un cliente”. “Ese tipo me debe hoy su carrera y reputación” se divertirá más tarde. Al no tener ningún antecedente judiciario, milagrosamente recibirá sólo cinco años de período de prueba. Sus estudios de medicina, eso sí, murieron en ese momento. Bill Murray se dio entonces vuelta hacia un viejo amigo, John Bellucci que le propone de compartir piso en Nueva York.

De Hunter S Thompson à Wes Anderson.
El encuentro con el talentoso y estupefaciente John Bellucci le abre, con grande golpes de azar, las puertas de la pequeña pantalla. Su primera aparición como actor será en “Saturday Night Live” (NBC), programa culto en Estados-Unidos. El éxito es inmediato. El público no se cansa de las apariciones de ese payaso lunar, desengañado, siempre al borde del desvío mezzo-controlado. Su carrera se lanzó.

Su primer éxito en el cine será Caddyshack, en 1980 en el que se desempeña como empleado de un club de golf, totalmente iniciado a las sutilidades de la hierba mágica. Por cierto, dio un análisis de profundo conocedor “Se trata de un hibrido de bluegrass del Kentucki y de sensemilia del norte de California. Lo sorprendente, es que pueden jugar 36 agujeros y fumar durante toda la tarde, y luego, volviendo a la casa, fumarse todavía más, estilo por arriba y por debajo de la cintura”. Esta anotado, Bill.

Fiel a sus convicciones al igual que a sus mentores, y finalmente poco predispuesto a los papeles de composición, Murray se desempañará en 81 (mucho antes que Johnny Depp) un Hunter S. Thompson igual de loco que en naturaleza en “Where The Buffalo Roam”. En el muy bueno “Broken Flowers” de JIm Jarmush en 2005, en una escena donde comparte un porrazo con su vecino, lo podemos escuchar entre dos caladas y en una voz en apnea “Esto… esto sí, es muy buena Sativa”. Ese laconismo directo, su trademark.

En La Vida Acuática de Wes Anderson en 2005, se desempeña como un ersatz del comandante Cousteau que no esconde su amor inmoderado por el cannabis (amor inmortalizado en la mítica escena del porro compartido con Owen Wilson, su hijo, con “LIfe on Mars” de Bowie de fondo sonoro).

Tantas elecciones de papeles de fumador de ganja simpático y easy-going que la valdrán el muy deseado título de… “Stoner of the year 2005” en los Stony Award organizados por el altamente respetado High Times magazine (el ganador anterior había sido Snoop, el siguiente será Seth Rogen… La barra del bong era muy alta).

Luego Zombieland en 2009: Jugará su propio rol con un poquito e ficción (se encuentra encerrado en su casa de Beverly Hills luego  de una invasión de zombies). Un cameo de un cuarto de hora, poniendo en escena un magistral bong-chicha de skunk compartido con Woody Harrelson y Emma Stone, y los juegos de stoner goofy derivados de la dicha inhalación cannabica. En este caso, una tentativo de remake bastante floja de una escena de Ghostbuster.

Las lecciones de un hombre mítico”

Es en 2018 que el arte imita la naturaleza (de Bill Murray) con el improbable documental de Tommy Avalone “The Bill Murray Stories: Life and lessons learned from a mythical man”.

El pitch: hace algunos años corren varias leyendas urbanas sobre Bill Murray. Por ejemplo, el actor se habría invitado en una fiesta de medio centenar de estudiantes en Austin que no conocía en absoluto. Primero para divertirse un poco y luego para tocar con un grupo local. Después, mas tarde en la noche para convencer a la policía que había venido por ruido nocturno de dejarlos tranquilos. Y con éxito. Los tres policías enviados hasta se animaron a algunos pasos de baile… el doble efecto Murray.

En la misma ciudad, habría sido  visto en un pub dónde nunca hubiera ido, y habría terminado haciendo de barman. Para ayudar al verdadero barman. El (verdadero) barman le habría dicho que tenía que irse un momento para ocuparse de perro enfermo, y entonces cerrar el pub por unos momentos. Bill habría entonces asumido el puesto detrás del mostrador con una gran sonrisa.

También lo habrían visto invitándose en la cabina ya reservada de un karaoke en Charlottesville (si, un poco como en Lost in Translation) para la gran alegría de cuatro cantantes que estaban presente. En el Estado de Nueva York, también lo habrían visto llegar a la casa de una pareja que conocía a penas, pero de la cual había sabido que era el cumpleaños de casamiento, y ayudarlos a prepara la cena, compartirla con ellos y lavar los platos.

Evidentemente, todo esto es absolutamente cierto.


La vida cannabica, epílogo.
Sobre el cannabis (y su legalización, por la cual él milita activamente), el actor declara “pienso  que es muy irónico que la cosa más peligrosa sobre el cannabis, sea de ser arrestado en  posesión de ella”.

Más directo y político, afirmó que “la marihuana es una causa de una gran parte de arrestos,  sólo por haberse auto-medicado. Y eso cuesta millones y miles de millones de dólares de  encarcelar personas por ese crimen . La gente realiza que esta guerra contra la droga es  un fracaso (…), pues sólo crea un ejército de personas (de la administración penitenciaria)  y de presos”.

O más recientemente “el hecho que los Estados voten leyes en favor de la hierba demuestra el peligro supuesto del cannabis fue sensiblemente sobrevaluado. Los psicólogos recomiendan fumar más que bebe si se necesita relajación”.  “Personalmente, juego la carta de la seguridad. Hago las dos cosas. No bromeo con eso: es una  cuestión de rigor”. Amén.

Alexis

 

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