Ariel, fumador sin fronteras, es nuestro enviado especial en Líbano. Desde allí, nos detalla los diferentes aspectos cannabicos de uno de los principales productores de haschisch.
A unos treinta kilómetros al este de Beyrouth, hasta los pies de las montañas que separan el Líbano de Syria, se extiende el valle de la Bekaa. En lo que constituye la región agrícola más importante del Líbano, 60% de los campos contienen cannabis. Aunque esta cultura sea originaria del imperio otomano, y que haya perdurado durante el mandato francés, hoy es de una proyección sin precedentes, pilar de la supervivencia económica de toda una comunidad.
Después del fracaso de un plan gubernamental comenzado en los años 1990 y destinados en erradicar el cannabis libanés quemando masivamente los campos, el Estado libanés cerró progresivamente sus ojos sobre una práctica de la cual dependen las ya precarias comunidades de la Békaa. La erupción del conflicto sirio dio lugar a un paisaje paradojal en el valle, tal como lo describe el periodista Patricia Khoder: “La plantación de campos y su irrigación transcurren hoy en día a la vista de todo el mundo. Por cierto, paseando por la Békaa, podemos percibir en varios lugares presas del ejército implementadas delante de inmensos campos de cannabis (…) lo que tiene como consecuencia de intimidar a los habitantes, aunque sepan que la policía y el ejército no intervendrán cuando los campos sean recortados”.
Si el cannabis domina las otras plantas en la Békaa, es por un simple cálculo: 1000 metros cuadrados de cannabis cuestan 20 dólares por año a un agricultor, cuando hay que contar con 1500 dólares para cultivar patatas sobre la misma superficie.
El verdadero impacto de la militarizacion relacionada a la guerra siria es el del entrenamiento de la exploracion del cannabis libanes. Unos 90% de la produccion esta destinada a la exportacion, de los cuales solo 60% hacia Egipto, el principal consumidor de Medio Oriente. Cuando un dealer tenia que pagar a una sola persona para llevar el haschisch a traves de las rutas sirias, ahora tendra que sobornar varias facciones del ejercito, a veces rivales entre ellas. A ese mecanismo poco rentable se anade la seguridad resforzada en las fronteras aereas y maritimas, con 7,5 toneladas de cannabis embargadas en 2016.
Por consecuencia, la economia del hasch en el Libano se caracteriza hoy en dia por una oferta completamente desequilibrada con respecto a la demanda/ Al fin de los anos 90, el kilo podia valer hasta 1200$, hace unos anos estaba alrededor de 400$, pero hoy con 200$ es suficiente. Para la felicidad de los consumidores locales, tan numerosos como discretos, y para la desgracia de los agricultores de la Békaa.
Ariel Iglesias