Aquellos que ya han fumado cannabis lo saben, la hierba estimula el apetito así como también el placer de comer. Hoy en día, estos efectos son utilizados para el tratamiento de varias enfermedades.
¿ POR QUE TENEMOS HAMBRE DESPUES DE UN PORRO ?
La explicación es simple, resulta que la THC ( molécula del canabis ) una vez dentro de nuestro cerebro va a engancharse con las neuronas que controlan nuestro apetito. Se trata de las neuronas pro-opiomelanocortina. Estas neuronas juegan el papel de mensajeros para nuestro cerebro con el fin de señalizar que nuestro organismo se encuentra con falta de alimento. Cuando el canabis interviene , nuestras neuronas se desorientan y envían un mensaje de hambre mientras que en realidad estamos satisfechos.
Fue estudiando el cerebro de varios ratones expuestos al cannabinoide que investigadores de la Universidad de Yale llegaron a esta conclusión.
« Es como si al apretar el freno de un coche, éste se pusiera a acelerar . » explica Thomas Horvath, profesor en neurobiología : « Nos sorprendimos al descubrir que las neuronas que nostros pensábamos responsables de la saciedad se activaban subitamente para estimular el hambre, incluso cuando uno está lleno , el cerebro sufre de engaño ».
En el estudio que se encuentra aquí
LOS INTERESES TERAPEUTICOS
El hallazgo de estos científicos americanos constituye un avance muy grande para los tratamientos de trastornos alimentarios. La simulación del apetito por el canabis permite por ejemplo a los pacientes que padecen un cancer de volver a encontrar el apetito que habían perdido bajo los fuertes tratamientos de quimioterapia. En Francia, el dronabinol ( medicamento compuesto con THC) está autorizado para luchar contra las anorexias ligadas al Sida. Fue definido por numerosos médicos como el mediacamento salvador por su capacidad a aumentar el apetito en los pacientes.
